martes, 26 de octubre de 2010

Ciudadanos y campesinos

Uno de los aspectos de "frontera" que podemos rastrear desde las polis griegas y sobretodo en el mundo romano es el del modo de ser urbano y el rural ¿Cuál es la frontera entre los campesinos y los ciudadanos? Pensemos en elementos como el poder y la riqueza, la educación y las ideas, la actividad artística, la seguridad o el bienestar. ¿Porqué al pensar en los campesinos pensamos en la opresión y la carencia de todos estos?
Antes de poder discutir sobre nuestra condición de ciudadanos en nuestra era post-industrial donde los fenómenos de ciudad y megalópolis son tan complejos y, sobretodo considerando que los temas de cuidado medioambiental y conciencia de consumo pertenecen al siglo 21, remontémonos al pasado; a ese período dónde nació el término de "civilización" que deriva civitas que significa "la ciudad" que es el mundo romano (entre 753 a.C- fecha de fundación de Roma y - el 476 d.C - año en que cayó el último emperador romano de Occidente)- . A pesar de que la gran creación romana es La Ciudad la base económica radicaba en el campo, es decir, sin la producción excedente agrícola y ganadera de las comunidades rurales la ciudad no podría haber existido. Es el campo el que dio de comer a la ciudad y que dotaba de los elementos esenciales para la vida. Y sin embargo fue en las ciudades donde surgieron las ideas, donde se dio la actividad artística y filosófica, donde estaban los centros educativos y las bibliotecas, donde los políticos y los burócratas crearon uno de los sistemas de convivencia más complejos y ricos que el mundo había conocido entonces.
En este sentido la ciudad es parasitaria del campo alrededor y necesita mantener una relación equilibarada con él. La ciudad sólo puede sobrevivir si la autoridad mantiene la paz en los caminos y en las rutas marítimas, si los productos del campo llegan a los mercados urbanos al mismo tiempo que los objetos fabricados en sus talleres se distribuyen hacia el campo. La época dorada del impero romano se debió a una paz armada que Octavio Augusto impuso aplastando sin piedad cualquier revuelta interna y aseguró durante siglos las fronteras de un enorme territorio cuyas rutas internas, las vías, fueron eficaces medios de transmisión no sólo de productos, sino también de los ideales de la civilización romana resumidos en el concepto de ciudad.
La pregunta que me surge al ver el video del Biblioburro es ¿Qué pasó con los caminos? ¿Porqué gran parte de latinoamérica no ha logrado mejorar o mantener las vías de comunicación siendo que son indispensables para el desarrollo? ¿Cómo mantener una relación ciudad-campo justa e interdependiente? ¿Cuántos Luis Soriano necesitamos? No olvidemos que el móvil de Luis Soriano fue que durante su infancia había cerca una biblioteca fresca con libros de cuentos que le ayudaron a desarrollar su imaginación y donde sentía bienestar. Ahora él y el biblioburro lleva a los niños campesinos la posibilidad de soñar.
Angélica Breña

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